Cuando nos sentamos en nuestro hogar tenderemos a ser de lo más cuidadosos con todos los elementos que lo componen. El conseguir una vivienda adecuada a tu estilo y en la que te sientas cómodo es toda una satisfacción, pero siempre se pueden dar contratiempos que impliquen alguna que otra remodelación. Las reformas implican todo tipo de trabajos, desde las paredes hasta el suelo, pasando por la decoración, puertas y ventanas.
Uno de los elementos que se puede ver más afectado con el paso del tiempo es el pavimento. Ninguna estancia escapa a nuestros pasos y si no somos cuidadosos con nuestro suelo podemos llegar a gastarlo demasiado. A su vez, cualquier contratiempo que implique al agua, sobretodo con electrodomésticos como la lavadora o la nevera, también puede dañan nuestro pavimento, aún más si es de parquet.
Opción parquet laminado
No cabe duda de que la imagen que ofrece un pavimento de parquet es de lo más agradable. Que la base de tu hogar luzca acabados en madera consigue generar mayor calidez y una sensación agradable que le ha colocado en una de las elecciones para el suelo más deseadas.
De este modo, si nos vemos en la obligación de sustituir el suelo de nuestro hogar, una gran opción es el parquet laminado. Este tipo de pavimento ofrece una imagen idéntica al parquet natural, pero con la ventaja de ser más económico y sencillo de mantener. Si bien el cuidado deberá existir, el material con el que está fabricado ofrece mayor resistencia a todo tipo de productos de limpieza.
Para estancias como la sala de estar, los dormitorios o espacios como el pasillo, es un gran aliado. Además, al ser fabricado de forma sintética también podrá aumentarse su presencia en estancias como la cocina. En este caso será una gran elección en cocinas abiertas, ya que conseguirá generar una imagen más homogénea en nuestro hogar.
Resistente al agua
Por otro lado, hay otras estancias en las que renovar el pavimento nos puede ofrecer más opciones. En el caso de los cuartos de baño la mejor opción es optar por pavimento de gres o hidráulicos, ya que al tratarse de una estancia en la que se genera mayor humedad necesitará un material más resistente.
La ventaja del habitual suelo de baldosas es que el mercado ofrece una gran variedad tanto de colores como de texturas, por lo que no será complicado conseguir combinarlo con el resto de elementos de la estancia. Por su parte, decantarnos por un pavimento hidráulico nos aportará las mismas ventajas a la hora del mantenimiento, aunque sus dibujos y diseños desembocarán en una estancia con mucha personalidad.