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Pon especial atención a las humedades en tu hogar en invierno

Llega el invierno y con él no solo el desplome de las temperaturas del termómetro y las afecciones de salud propias de estos meses. También nuestro hogar se resiente durante estos días tan fríos (sobre todo si llega una importante ola polar) como ocurre con las humedades en tu hogar.

Hoy te contamos cómo tratar, siempre con profesionales, las humedades que puedan existir en el hogar como consecuencia de una estación donde el frío más intenso y las elevadas lluvias provocan su aparición.

Y con el invierno… llegan las humedades

Si hablamos de salud, la llegada del otoño, pero sobre todo del invierno hace que nuestro sistema inmunológico se ponga en jaque. Un organismo que se enfrenta a esos días más fríos y que debe mantenerse fuerte para combatir su envite; sobre todo en el caso de colectivos de riesgo como pueden ser las personas mayores y los niños.

Pues algo parecido, salvando las distancias, le puede ocurrir a nuestro hogar. Y es que ese exceso de agua en el ambiente, como consecuencia de lluvias más frecuentes, puede dar lugar a la aparición de hongos y bacterias en forma de humedades. Humedades afectan a la salud de las personas que viven en ese hogar, sobre todo si tienen patologías respiratorias.

Antes de que eso ocurra, debemos fijarnos en unas señales clave en este sentido: aparición de hongos y mohos en esquinas y paredes de la casa, cristales que se ven empañados como si fuese el espejo del baño tras una ducha o mobiliario que se va deteriorando.

Cuida tu salud

La presencia de este tipo de humedades no solo afecta a nivel estético a nuestra vivienda o en un plan funcional al dañar las estructuras. La salud de las personas que habitan en esa casa se puede ver comprometida.

Lo más aconsejable entonces es ponerse manos a la obra para solucionar este problema y disfrutar de un aire y un ambiente limpios dentro de casa. De no hacerlo, ese espacio interior será insalubre por esa gran cantidad de bacterias que se cuelan por paredes y techos.

Así pues, lo más recomendable es que el interior de ese inmueble tenga un nivel de humedad que oscile entre el 40 y 60%. De esta manera se controlará esa humedad que con el tiempo puede venir acompañada de problemas respiratorios, afecciones musculares y óseas y alergias de todo tipo.

Confía siempre en profesionales

Para acabar con este importante, y no solo incómodo, problema estructural del hogar, lo mejor siempre es confiar en los verdaderos profesionales. Y es que serán estos expertos los que den con el tipo de humedad presente en dicha vivienda para acometer la solución precisa. Así, en el caso de estas humedades domésticas la mayor parte de ellas se producen por capilaridad (aguas del subsuelo que ascienden por los muros), filtración (las que vienen de debajo del terreno) y por efecto de la condensación.

En este último caso y si la afectación se debe a un excesivo nivel de vapor en el ambiente, lo más recomendable según estos profesionales es seguir una serie de consejos prácticos como airear bien las habitaciones y tener cuidado con la realización de tareas domésticas a diario como cocinar, ducharnos o incluso planchar. Acciones inofensivas pero que pueden traer consigo la aparición de ese excesivo vapor y dicha condensación de agua.

Recomendaciones que vendrán de la mano de las mejores soluciones dadas por los expertos como es el caso de tecnologías punteras capaces de ventilar y sanear amplias viviendas y así eliminar ese exceso de humedad; al tiempo que se ayuda a conservar la temperatura del hogar para una mayor eficiencia energética.

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